En estos tiempos, en los que la sanidad pública no goza de buena salud como consecuencia de los recortes en los presupuestos asignados a ella, muchas de las compañías aseguradoras están acelerando las subidas de precios a los clientes que se encuentran cerca de la jubilación.

Diferentes informes indican que, el incremento de las primas alcanza el 100% en algunos casos. Cifra a la que se le debe añadir todo el dinero destinado a copagos por parte de estos colectivos.

Cada vez son más los casos en los que, clientes que han sobrepasado los 60 años, se encuentran con que su empresa de seguros no les permite renovar la póliza, aun pagando más del doble que en tiempos previos. En este sentido, muchas personas de edad avanzada y con patrimonios elevados deciden no asumir tales costes.

Juan Manuel Martínez, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), ha declarado que, «las compañías ofrecen pólizas por las que cuando se tiene 20 o 30 años se paga por unos servicios de asistencia sanitaria que realmente no se consumen. Y se encuentran que, según avanza el envejecimiento, algunas compañías les rechazan, o si los admiten, lo hacen obligándoles a pagar unas cantidades que no son asumibles por la gran mayoría de los pensionistas».

Desde la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) admiten que, «el aumento de las tarifas en función de la edad es uno de los principales motivos de reclamación». Al respecto, advierten que, a partir de una normativa vigente hace ya varios años, las aseguradoras están obligadas a avisar a los clientes de los precios en todos los tramos de edad, antes de contratar el seguro.